Experiencias ancestrales en la Cuenca

Hipótesis para entender la sabiduría ancestral andina

Cosmovisión:

Nuestros antepasados tuvieron una gran fortaleza que ahora no tenemos: su COSMOVISIÓN ANDINA, su forma de ver la vida y que se reflejaba en el respeto a la naturaleza, a la veneración de los astros, del agua y el suelo.

Nos dejaron muchas evidencias de esa sana convivencia con su medio, desde Caral (3,000 a.C.) hasta Machu Picchu (aproximadamente 1,450 d.C.), es decir más de 5,000 años de armonía con una Naturaleza que para ellos tenía vida y más que gestionar recursos los criaron; el suelo, el agua, las semillas, el cultivo, los cerros tenían vida y por lo tanto debían ser tratados con respeto.

IMG_20190312_100339_Ed.jpgApu Oscconta en Ayacucho, que hasta ahora representa un lugar de respeto para los pobladores del Valle del Sondondo en Ayacucho

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Respeto que se manifiesta de muchas maneras, como estas apachetas, que son montículos de piedras, donde cada poblador manifiesta su respeto y solicitan al apu su conformidad en las labores que están por realizar.

La Pachamama, la madre tierra, era la que proveía de alimentos para una población en constante crecimiento y en defensa de sus actividades tenían a los Apus, los cerros tutelares que velaban por su bienestar.

Ahora hablamos de la existencia de una gran civilización andina que tuvo su mayor auge con el Tahuantinsuyo de los Incas que se desarrolló por los años 1,400 a 1532 de nuestra era.

Son, en definitiva, formas diferentes de ver la vida, muy desigual a la que actualmente tenemos, que ha sido un mestizaje entre costumbres y culturas venidas de otras partes del mundo, desde la invasión española.

Formas de transmitir conocimientos:

Después de ver las innumerables obras de ingeniería, a lo largo y ancho de nuestro territorio, resulta difícil pensar que ellos no tuvieran una forma de transmisión de conocimientos.

Las evidencias que apreciamos en ciudadelas como Machu Picchu, Choquequirao, Kuelap, Chan Chan, Vilcashuamán solo por mencionar algunas, implica conocimiento científico, que se ha compartido de generación en generación través de diferentes formas como son las narraciones, maquetas, y creemos, con elementos como los Quipus.

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Templo Inca en Vilcashuaman en Ayacucho, que evidencia el alto nivel de ingeniería logrado. Podemos apreciar encima de esta hermosa construcción el templo religioso.

Un ejemplo de maqueta lo representa el monolito de Saywite, ubicado en Apurímac. Pensamos que Saywite es un centro ceremonial donde se rendía culto al agua, pero también debe haber sido un centro de “capacitación” donde los hidráulicos incas aprendían las diferentes opciones de ingeniería en condiciones de costa y sierra; vemos en él, las principales estructuras hidráulicas que encontramos como vestigios de su gran conocimiento de las cuencas asociados a la divinidad y a su visión del mundo.

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Monolito de Saywite en Apurímac, con un diámetro de más de 3 metros, donde podemos apreciar su cosmovisión, y también las principales obras hidráulicas

Los Quipus o Kipus, son cuerdas anudadas que probablemente han contado la historia del Tahuantinsuyo.

Se les atribuye una función contable, pero últimas investigaciones realizadas van debelando otro tipo de uso, como narraciones y registro de eventos importantes, y por qué no, cálculos matemáticos de sus múltiples obras ejecutadas a lo largo del Tahuantinsuyo.

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Monolito de Saywite en Apurímac, con un diámetro de más de 3 metros, donde podemos apreciar su cosmovisión, y también las principales obras hidráulicas

Nuestra historia

Un breve resumen de los principales períodos históricos ocurridos en nuestro país pone en evidencia los más de 5,000 años de convivencia con la naturaleza que hicieron nuestros antepasados, frente a los escasos 88 años de desarrollo agrícola actual, desde 1930 con la creación de la DGAS-Dirección General de Aguas que empezó el desarrollo de los grandes proyectos de irrigación en el País.

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Fuente: Hidráulica Inca (www.hidraulicainca.com )

Esa convivencia natural y la veneración a los astros y los recursos naturales, que llamamos cosmovisión, hicieron que usaran de manera armónica y respetuosa su entorno, el agua y el suelo.

Evidencias Ancestrales en el ámbito de la cuenca Pampas, de un adecuado uso del agua y el territorio

Huancavelica

No queda más que maravillarnos del complejo arqueológico de Incahuasi en Huaytará que indica la importancia para el mundo andino ancestral.

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Vista aérea de Complejo Arqueológico Incahuasi en Huatará – Huancavelica

Asimismo, la hermosa ciudad de Waytará rodeado de andenes, donde el templo inca se mantiene en pie, a pesar del tiempo y los momentos violentos de extirpación de idolatrías, que se practicó en el momento de la invasión española. Lugares que nos indica la importancia de este lugar como parte de su qhapaq ñan o camino inca que trajo prosperidad y desarrollo en estos lugares y su conexión con la costa.

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Vista lateral del Templo Inca en Incahuasi, donde podemos apreciar la construcción Inca y sobre ella el templo religioso español. En la parte derecha una vista interior del templo, donde se ha colocado ornamentos religiosos en las hornacinas incas

Ayacucho

Sistemas de andenes en el Valle del Sondondo en Ayacucho, según estudios de PRODERN señala un poco más de 5,000 ha, pero las evidencias y testimonios de personas del lugar señalan más de 15,000 ha. Un lugar importante para la producción de alimentos y de hegemonía andina ancestral que indica, no solo seguridad, sino SOBERANÍA alimentaria. Muestras evidentes de sabiduría en el manejo del territorio.

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Sistema de andenes de Chipao

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Sistemas de Andenes de Aucará / Andamarca

Estas evidencias en el manejo del suelo y clima, debió estar sustentadas en formas de planificación, para entender el vasto territorio que cubrieron con estas inmensas macetas, que llamamos andenes.

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Las muestras de planificación se entienden al ver la hermosa maqueta de Luychumarka en Cabana Sur Ayacucho. En la maqueta se ubican rocas que simulan ser cerros, donde tallaron en miniatura andenes con sus canales de distribución de agua, en la parte alta de uno de los cerros construyeron un reservorio o qocha que permitía almacenar el agua para abastecer a los andenes.

En el fondo de la maqueta tallaron un esquema de riego, con pequeños reservorios o qochas que abastecían con agua a los canales de distribución que iban a los campos de cultivos, como demostrando la forma que se debía adoptar para un manejo adecuado del agua y el suelo.

Apurímac

El centro ceremonial Saywite, se localiza en el distrito de Curahuasi, provincia de Abancay, del departamento de Apurímac. Se ubica a 550 metros de la vía carrozable que une la ciudad de Abancay y Curahuasi, a 74 kilómetros desde la capital del departamento de Apurímac. Comprende una extensión aproximada de 60 hectáreas. Saywite está geográficamente muy cerca de dos importantes ciudadelas: Machu Picchu y Choquequirao.

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Saywite es un centro ceremonial donde se rendía culto al agua, pero también debe haber sido un centro de “capacitación” donde los hidráulicos incas aprendían las diferentes opciones de ingeniería en condiciones de costa y sierra.

El mundo andino, concebía la vida como un todo nada era aislado y el uso que hacía de la naturaleza, era un uso basado en el respeto a los astros: el Sol y la Luna (Inti y Quilla) y a los elementos naturales: suelo y agua (mamapacha y yacumama) e incluso los seres inanimados eran venerados como una muestra de respeto a los Andes: los cerros (apus).

Tenía una visión integrada de cómo gestionar los recursos y una muestra es el monolito de Saywite, donde representaron las principales estructuras hidráulicas que encontramos como vestigios de su gran conocimiento de las cuencas asociados a la divinidad y a su visión del mundo.

El llamado monolito de Saywite es “una fuente simbólica”, representada en un bloque lítico en el cual existen más de 208 figuras talladas en alto relieve, adaptándose a las sinuosidades naturales de la propia roca.

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Una muestra más de la genialidad inca, que nos hace pensar que estos lugares eran centros de entrenamiento y de capacitación en el uso de la tecnología para una casta privilegiada que hacía posible la ejecución de las grandes obras hidráulicas que nos han dejado en señal de su sabiduría que la ciencia actual aún no ha superado.

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A treinta minutos de Andahuaylas, en el distrito de Pacucha, ubicamos el Complejo Arqueológico de Sondor, de origen Chanca.

Sondor fue un lugar donde hubo actividades religiosas, que hasta ahora se mantiene, y tiene una forma piramidal y una ubicación estratégica cercana a la laguna Pacucha.

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Su ubicación estratégica nos indica formas adecuadas de uso del territorio, se dice que es un centro energético importante y se visitado por miles de personas cada año, principalmente en fechas importantes, como la ocurrencia de los solsticios.

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Fuente Andina